¿Autoediciones? ¡No, gracias!

A través del Premio Literario Jordi Sierra i Fabra para Jóvenes, cada año tengo el placer de contactar con muchos chicos y chicas presentados al concurso. No sólo escribo una carta a todos los participantes, enviándoles el informe del jurado que selecciona los finalistas, sino que luego telefoneo personalmente a los 30 primeros clasificados, que son los finalistas y los integrantes de las Listas de Honor Oro y Plata. En los meses siguientes, suele presentarse un fenómeno curioso: algunos de esos 30 primeros libros van a ser o han sido editados.

Y por mucho que insista en el tema de la prevención, cada año se repiten las mismas locuras.

Escribir es algo maravilloso, un don que se tiene o no, un placer, un oficio sin tiempo ni edad, y mucho menos prisa. Si una chica quiere ser modelo ha de empezar con 13, 14 ó 15 años, porque a los 25 le dirán que es vieja. Si alguien desea ser médico o abogado, lo será pero a los sesenta y tantos lo jubilarán, porque no podrá operar o porque se le irá la olla. Pero escribir... uno ha de formarse, leer, escribir sin parar, sin parar, sin parar, y con suerte, a los veintitantos, quizás publique un libro, y a los treinta y pocos o treinta y muchos descubrirá que, por fin, escribe medianamente bien. Y luego a los cuarenta, los cincuenta, los sesenta... se sentirá escritor. Nadie va a jubilarte. Podrás morir haciendo una novela a los ochenta o los noventa.

Pero cada año, chicos y chicas adolescentes, "publican" su libro.

¿Milagro? ¿Genios?

No: autopublicación.

Hay dos formas de ver editada una obra en papel (todo el mundo cuelga sus cosas en Internet, pero todavía sigue existiendo la magia del libro impreso, el que se toca, el que se regala). Una es que un editor se interese por él. Si es así, enhorabuena. Lo has conseguido.

La otra, por desgracia, es triste.

He recibido cartas de chicos y chicas de quince años diciendo que van a dejarlo porque no les publican sus libros. Alucinante. Y cartas de padres orgullosos diciendo que su retoño/a ya tiene su libro en "el mercado".

¿Qué mercado?

Esto funciona así: una imprenta o cualquier listo de Internet te dice que por X euros va a editarte tu novela. El chico o chica se gasta sus ahorros, o se lo pide al papá que, orgulloso, paga. Todo para que la vecina y la tía Margarita vean que el niño o niña "ya es escritor". El presunto "editor" imprime (pongamos por ejemplo) 1000 libros, te da doscientos y te dice que los 800 restantes los dará a una inexistente "distribuidora". A los pocos meses el "editor" se pone de nuevo en contacto con el padre o el cándido autor y le dice que el libro no se ha vendido nada, y que si quiere los ejemplares, se los puede vender a buen precio o los destruirá. Y vuelta a pagar. Puede ser peor, pueden sacarte el dinero para una "promoción". Esto es porque el "editor" tiene un par de amigos en la Hoja Parroquial del pueblo o en el periodiquillo de su ciudad y con eso demuestra que se ha hecho algo. El autor se emociona viendo su nombre impreso con una crítica que dice que es bueno.

El resultado es el mismo. Un cándido quinceañero/a ha pagado un pastón por una edición fantasma.

¿Suficiente para calmar y colmar un ego?

Siempre he sido contrario a las autoediciones. Es muy majo leer en Internet que Fulano se financió su obra y que vendió un millón de ejemplares. Todos queréis ser Laura Gallego, que publicó a los 21 años. Cuidado. Mucho cuidado. Si tienes menos de 25 años, lee, lee, escribe, escribe. Yo hice un libro cada año hasta los 25 (nunca los di a leer a nadie porque me importaba un rábano lo que me dijeran, era consciente de que me estaba formando), y publiqué mi primera obra a esa edad y mi primera novela a los 28. Y tuve suerte, fui afortunado. Era malo, pero pagué mi peaje aprendiendo solo. No me di cuenta de que por fin escribía bien hasta los 35 años.

Cuidado con las autoediciones. No tengáis prisa. ¿A quién queréis impresionar con un libro impreso a los 15 años? Los que se quieren comer el mundo antes de hora son devorados por su propia ansiedad. Internet lo ha disparado todo, para bien y para mal. Usad la cabeza, sed listos. Esto no es como salir en Gran Hermano o en una isla de cartón, que en dos días y previo bajarse los pantalones te haces famoso de forma efímera. Esto es el futuro, la vida. Si queréis ser escritores/as, comportaos como tales. Escribir es algo grandioso. Autoeditarse un libro, aunque la imprenta o ese "editor" sean buenas personas y no te engañen y te vendan realmente lo que hacen, es como irse de luna de miel y besar una foto en lugar de besar a la pareja.

Vivimos en el mundo de la rapidez, del todo-aquí-y-ahora por culpa de la tele. Pero la Humanidad ha escrito desde sus orígenes y siempre, siempre, ha sido un trabajo solitario que requiere mucho esfuerzo, disciplina... y paciencia. Toda forma de arte, cantar, pintar, escribir... necesita de un tiempo y una evolución, una formación y una confianza ciega en uno mismo. Eso ha de bastar. Lo otro no es más que amargura a la larga.